jueves, 30 de junio de 2011

Mi mente se congela cuando encuentra tu sonrisa.

La forma en que sus lágrimas te hacen querer cambiar el mundo para que deje de llorar. Sin importar si le amas, si le odias, si deseas que se muera o sabiendo incluso que te morirás sin él. Eso no marca la diferencia. Porque una vez en tu vida, sin importar lo que sea para el mundo, se convierte en todo para ti. Cuando le miras a los ojos, te pierdes en lo profundo de su alma y dices un millón de cosas sin sentido; ahí, es cuando sabes que tu vida depende del latir de su corazón. Le amas por un millón de razones imposibles de contar, porque no es algo de la mente, sino del corazón, un sentimiento que solo sientes cuando estás con él.

sábado, 11 de junio de 2011

Momentos especiales.

Una canción, una simple canción puede marcar un gran momento. Siempre, siempre hay una canción que nos recuerda a un momento determinado. Las canciones siempre definen los momentos a la perfección. Para cada momento que recuerdas hay siempre una canción. El momento del primer beso tiene una canción determinada, la pérdida de alguien importante también la recuerdas con una canción, un día que lo pasaste genial también tiene su propia canción... En fin, todos y cada uno de los momentos que vivimos quedan definidos por una canción, lo que pasa, que no nos damos cuenta hasta que después de un tiempo volvemos a escuchar esa cancion, entonces, inmediátamente, la música nos translada a ese momento, te ayuda a recordarlo, a veces para hacerte sentir mejor, otras para hacerte sentir peor, pero al fin y al cabo, hace que lo recuerdes. Esto pasa, porque cada momento es especial, ya sea bueno o malo, feliz o triste, pero siempre es especial.

miércoles, 8 de junio de 2011

Fuerte.

- He decidido que voy a ser fuerte. Que voy a disfrutar de cada momento como si fuera el último. Que no merece la pena comerse el coco por nada, por nadie. Ten siempre presente que nadie se comerá el coco por tí. Por eso, ¿por qué deberías hacerlo tú por alguien? No hay motivos, sin motivos las cosas no se hacen así que, no lo haré. La vida me ha enseñado que se puede confiar en muy poca gente. Que la mayoría de las personas no son como piensas, que te muestran que son de una manera, pero realmente son de otra. Pero bueno, al fin y al cabo, esas personas se engañan a sí mismas, porque como dice el refrán: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. La vida también me ha enseñado que el amor no es tan solo un simple sentimiento. Que en el amor se juntan muchos sentimientos a la vez. Pasión, felicidad, odio, tristeza... Pero lo que realmente me ha enseñado la vida, es que cada segundo sin sonreír es tiempo perdido, que nada es lo suficientemente importante como para dejar de sonreír. Que lo mejor es pasarlo bien, ir por libre, dejar el pasado atrás, no pensar en el futuro y solamente vivir el presente. Que a la larga, es lo único que sirve, el presente. Por eso, he decidido cambiar, he decidido hacerme más fuerte, no lloraré a la mínima, no me comeré la cabeza por nada ni por nadie, no me preocuparé cuando algo no salga como espero y, sobre todo, me comeré el mundo sin importarme quien se me ponga por delante.